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19 abr 2010
15 abr 2010
cocido
250 gr de garbanzos de castilla, 500 gr de carne (morcillo), caparazón de gallina (o pollo), 2 pechugas de gallina (o pollo), 2 morcillas (en casa gustan menos), 6 chorizos (que siempre gustan más), 1 trozo de tocino (mejor panceta, menos grasa y más carne), 1 punta de jamón (o un pie de cerdo salado), 1 repollo, 1 cebolla, 3 zanahorias, 6 patatas pequeñas, 1 diente de ajo, pasta o arroz para la sopa (40 gr por persona).
Además para la mesa, aceite de oliva virgen extra, vinagre de jerez y un vino seco de jerez.
Elaboración.
Primero, y que no se olvide, pondremos a remojo unos buenos garbanzos castellanos en la víspera del cocido. Truco: Además le pondremos un puñado de sal gorda marina para que al día siguiente no se encallen en la cocción.
Empezaremos por poner a cocer, partiendo de agua fría, la carne, la punta de jamón, la panceta, el pollo (caparazón y pechugas). Clave: Durante todo el cocido, de principio a fin, retiraremos la espuma que se vaya formando con una espumadera. Así mismo iremos incorporando agua para que no se quede seco.
El fuego del cocido lo tendremos de una forma continua en el medio de la potencia que tengamos.
Cuando empiece a hervir añadimos los garbanzos, previamente escurridos y lavados. Cuando empiece a hervir añadimos la cebolla, salamos y contamos de 2 horas a 3 horas. Dependerá del a dureza de los garbanzos.
Cuando falte unos 30 minutos para el final, pondremos en un puchero a parte a cocer el repollo. Y en el puchero del cocido, propiamente dicho, añadiremos los chorizos, las morcillas y las zanahorias (peladas y partidas en trozos grandes).
Cuando queden unos 15 minutos añadiremos las patatas al puchero del cocido madrileño.
Al finalizar colamos el caldo y hacemos la sopa, que podrá ser de arroz o de fideos. En el caso de los fideos, los añadiremos cuando el agua de un hervor, sí son los finos os aconsejo que los tengáis dos minutos sobre el fuego
la alhambra de granada
En 1238 entra en Granada por la Puerta de Elvira, y para ocupar el Palacio del Gallo del Viento, Mohamed-Ben-Nazar (o Nasr), llamado Al-Hamar el Rojo (ya que tenía la barba roja).
Cuando Ben-Al-Hamar (Mohamed-Ben-Nazar) entró triunfador en Granada en ese año de 1238, la población le recibió con el grito de Bienvenido el vencedor por la gracia de Alá, él respondió: Solamente Alá vence. Éste es el lema del escudo nazarí y también está escrito por toda la Alhambra. Ben-Al-Hamar construyó el primer núcleo del palacio. Su hijo Mohamed II, que fue amigo de Alfonso X el Sabio, lo fortificó.
El estilo granadino en la Alhambra es la culminación del arte andalusí, lo que ocurrió a mediados del siglo XIV con Yusuf I, que construyó la Torre de Comares, y con Mohamed V, quien edificaría el Patio de los Leones
En 1492, con la conquista de Granada por los Reyes Católicos, la Alhambra pasa a ser palacio real. El conde de Tendilla, de la Familia de Mendoza, fue el primer alcaide cristiano de la Alhambra. Hernando del Pulgar, cronista de la época, cuenta: El conde de Tendilla y el Comendador Mayor de León, Gutierre de Cárdenas, recibieron de Fernando el Católico las llaves de Granada, entraron en la Alhambra y encima de la Torre de Comares alzaron la cruz y la bandera.
La ocupación napoleónica supuso un episodio negativo para la Alhambra, por la voladura producida en 1812, al retirarse el ejército francés. Sólo el arrojo de un soldado español pudo evitar casi su total destrucción.
El Comité del patrimonio mundial de la Unesco declaró la Alhambra y el Generalife de Granada como Patrimonio Cultural de la Humanidad en su sesión del día 2 de noviembre de 1984 y cinco años después, el barrio de El Albaicín (Al Albayzín), antigua ciudad medieval musulmana, obtuvo la misma denominación como extensión de la declaración como Patrimonio Cultural de la Humanidad de La Alhambra y el Generalife. La Alhambra fue uno de los 21 candidatos finalistas para ser elegida una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo, aunque finalmente no consiguió tal título.
paella
Pela y pica la cebolla y el ajo, lava y corta en daditos los pimientos, ralla los tomates y limpia las almejas y los mejillones.
Pon la paellera a calentar con un buen chorro de aceite de oliva, cuando esté caliente introduce los langostinos con un poco de sal, dales un par de vueltas y retira, reserva en caliente.
Introduce a continuación los mejillones bien limpios, agrega el vino, una pizca de sal y tapa, retira los mejillones cuando se hayan abierto. A continuación incorporamos a la paellera la cebolla y el ajo, un par de minutos más tarde los pimientos, los guisantes y la hoja de laurel, rehoga hasta que empiecen a estar tierno, entonces incorpora las anillas de calamar, unos minutos sofriendo y riega con el tomate triturado, sazona al gusto.
Cuando parte del agua del tomate haya sido absorbida, incorpora el arroz y tuéstalo unos minutos removiendo de vez en cuando, seguidamente incorpora las almejas, el caldo y las hebras de azafrán (y el pimentón o el colorante si lo deseas).
Deja cocer unos 8-10 minutos, antes de que el caldo se haya consumido por completo, retira del fuego, incorpora los mejillones y tapa, deja reposar unos minutos para que el grano tenga la cocción ideal habiendo terminado de absorber el caldo.
Sirve la paella acompañada de los langostinos y a disfrutar de un plato con mucho aroma, sabor y color.
· 600 g de arroz
· ½ pollo troceado
· 2 alcachofas
· 2 pimientos rojos medianos
· 2 tomates maduros
· ½ limón
· 1 diente de ajo
· 1 hebra de azafrán
· pimienta molida
· perejil
· romero
· tomillo
· aceite
· sal
Cómo preparar
Primero freímos el pollo en aceite en una sartén mediana y una vez lo ponemos a hervir en ocho vasos de agua durante media hora.A continuación sofreímos las alcachofas y el pimiento para dejarlos aparte. Luego sofreímos el tomate y el ajo.
13 abr 2010
Según la tradición, a principios del siglo IX se descubrió el cuerpo del Apóstol Santiago en el campo que actualmente ocupa la catedral. El templo original fue destruido en una batalla(se llevaron las campanas y la puerta) (razzia para los árabes) de Almanzor, por lo que en 1075, durante el obispado del Obispo Diego Peláez, se construyó el actual, concluyéndose hacia 1128 gracias al impulso dado por el Obispo Gelmírez y don Raimundo de Borgoña. Intervinieron como arquitectos, según el Códice Calixtino, Bernardo «el Viejo» y Roberto en la primera etapa, el maestro Esteban, el maestro Mateo, escultor y autor del Pórtico de la Gloria, y Bernardo «el joven», en la segunda.
El templo pertenece a la idea de gran iglesia de peregrinación, que se caracteriza por tener planta de cruz latina (brazos desiguales, más largo el longitudinal), un crucero grande (casi 70 metros), una girola o deambulatorio (nave que gira en torno a la capilla mayor y permite andar alrededor del sepulcro del santo; situado éste normalmente en una cripta debajo del altar mayor) y tribuna (situada encima de la nave lateral y con la misma anchura que esta). Tiene tres naves, doble la central que las laterales. La nave central se cubre con una bóveda de cañón reforzada, por su peso, por medio de arcos fajones (elementos estructurales que refuerzan la bóveda de cañón, son perpendiculares al eje de la catedral) que hacen la función de tirantes. Las naves laterales, sobre las cuales se sitúa la tribuna, se cubren con bóvedas de medio cañón, para contrarrestar los grandes empujes oblicuos que la bóveda de cañón ejerce. Toda la arquitectura románica es una lucha para contrarrestar los grandes empujes oblicuos que la bóveda de cañón produce, ya que su altura va en proporción a su ancho. Las bóvedas de medio cañón que cubren las naves laterales ejercen aquí una función parecida a la que los arbotantes harán en el gótico (su función es pasar el empuje a los contrafuertes o estribos exteriores). Tuvo nueve torres, dos en cada fachada y tres en el crucero. De traza medieval, recibe adiciones en tiempos renacentistas y barrocos.
Cada una de sus fachadas forma con sus respectivas plazas magníficos conjuntos urbanísticos. Entre ellas, la Plaza del Obradoiro fue realizada por Casas Novoa en 1740 (siglo XVIII); asimismo barroca es la de la Azabachería, obra de Ferro Caaveiro y Fernández Sarela, modificada por Ventura Rodríguez; la de Platerías, construida por el Maestro de Platerías en 1103 (siglo XII); y sobre todo, el Pórtico de la Gloria, obra cumbre de la escultura románica concluido por el Maestro Mateo en 1188 (siglo XII).
Consta de tres arcos de medio punto, el central dividido por parteluz, donde se encuentra la figura del propio maestro mirando al interior del templo.
En las jambas, los Apóstoles y profetas mantienen sacras conversaciones. En el tímpano, el Salvador rodeado por los cuatro Evangelistas.
Entre sus capillas, la mayor guarda el sepulcro del Apóstol Santiago. Al lado se encuentra el célebre «Botafumeiro», gran incensario del siglo XIX.
Botafumeiro de la Catedral de Santiago.
El Museo de la Catedral guarda objetos de gran valor: el coro románico del maestro Mateo, una valiosa colección de tapices y la cripta y el claustro del templo.
tortilla española
Paso 1: Lavar y cortar las patatas en laminas finas. Una vez puesto el aceite a calentar se echan las patatas, añadiendo un poco de sal y se fríen. Truco: Si la tortilla gusta con las patatas más desechas puede ir desaciéndose la patata con la rasera mientras se mueve. Cuando se vean doradas se apartan y es importante que escurran el aceite en un colador o en un plato con papel absorbente.
Paso 2: Se baten los huevos con un poco de sal y una vez batidos se añaden las patatas, mezclándolas bien con el huevo batido.
Paso 3: Se prepara de nuevo la sartén en el fuego con dos cucharadas pequeñas de aceite que cubran una lamina del fondo de la sartén. Se echa la mezcla del huevo y las patatas. Truco: mover agitando la sartén con habilidad para que no se pegue la tortilla. Cuando se perciba que está cuajada se pone una tapadera encima y se da la vuelta a la tortilla (es fácil, solo hay que hacerlo con seguridad). Se le puede dar vueltas hasta que quede dorada por ambos lados según el gusto... Y ya está nuestra tortilla de patatas.
el alcazar de segovia
el alcazar de segovia
El Alcázar de Segovia es uno de los monumentos más destacados de Segovia, España, que se alza sobre un cerro en la confluencia de los ríos Eresma y Clamores.
Construido entre los siglos XII y XVI, fue numerosas veces restaurado y ampliado, posiblemente desde Alfonso X hasta Felipe II. A este último se debe su aspecto actual, su "silueta" lo hace único entre los castillos españoles.
En la Edad Media, por su seguridad como por la proximidad de zonas de caza, el Alcázar se convirtió en una de las residencias favoritas de los Reyes de Castilla, en especial de Alfonso X. Fue habitado muchas veces y llegó a ser uno de los más suntuosos palacio-castillos en el siglo XV.
La fortaleza sirvió posteriormente como prisión de Estado hasta que en 1762 Carlos III fundó en Segovia el Real Colegio de Artillería que tuvo su sede en el alcázar. En 1862, un incendio destruyó las suntuosas techumbres de las salas nobles, que pudieron ser reconstruidas fielmente con posterioridad gracias a la existencia de grabados.
En 1931 fue declarado monumento histórico artístico. En el año 1953 se creó el patronato del alcázar que es el responsable del museo que se puede visitar en su interior.
La distribución del castillo se articula en dos áreas:
la exterior con un patio herreriano, foso, puente levadizo y la torre del homenaje
Su planta es muy irregular y se adapta al cerro sobre el que se levanta. Destaca la muy bella torre del homenaje, cuadrada con cuatro torreones, estancia cubierta de cañón apuntado y ventanales germinados. Fue levantada por Juan II y en un principio sirvió de sala de armas.
En el interior, los salones y estancias fueron decorados con gran lujo y belleza por pintores y artistas mudéjares. Actualmente, alberga un Museo de Armas y Archivo Militar.